Se emplean maniobras específicas, mas suaves y de acción sedante, que posibilitan que quien recibe el masaje pueda desconectar y relajarse.
Un ambiente relajado, luz tenue y música suave contribuyen a lograr esa relajación. En este masaje, también pueden emplearse esencias de aromaterapia, como la lavanda y contribuir así con esta disciplina al efecto sedante del masaje.
Durante el masaje antiestrés se favorece de modo natural la liberación al torrente sanquíneo de hormonas como la serotonina y las endorfinas, también conocidas como hormonas de la felicidad. Tras el masaje, se nota una sensación como de haber descansado, a nivel emocional, y también a nivel físico.
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